Ya pasó la primavera con sus flores, golondrina mensajera de mis sueños, hoy te alejas y te llevas mis amores y yo sigo tu viaje con empeño. Vuelve pronto, que el otoño traicionero me sepulta en la tristeza de sus días, quiero ser a tu regreso el cancionero, que deje un, te quiero, frente a un corazón. Yo soy aquel muchacho que puse sin agravios, en tus pintados labios, la gloria de un vivir. Aquel que entre caricias, tornábase sumiso y que el destino quiso hundirlo en el sufrir. Yo soy aquel que tuvo constancia y fe sincera, yo fui la primavera y tu el otoño cruel. Te has vuelto golondrina, te enloqueció el espacio, que fue como un palacio, para vivir tu en el. Si en tu viaje te azotara la tormenta, de un invierno y con su frío te maltrata, no le pongas cara fiera, está contenta, que con risas al dolor se desbarata. Yo también, cuando te fuiste golondrina, a mi llanto lo mezclé con alegria y tiré como nerviosa serpentina, la venenosa espina que ha muerto mi ilusión.