Quiero ofrecerte un presente ahora que el olor del azahar llena de quietud y de armonía el corazón y los naranjos. Ven a mi gruta Aquí no hay sombras de lobos proyectadas sobre rocas oscuras. Déjame que acompase nuestras respiraciones y que discurra el tiempo como agua en los dedos. Porque amarnos será nuestra contribución a la dicha de un mundo atribulado.