Las tinieblas parecen no dispersarse jamás que el mundo y Dios en mi contra están mi corazón grita desesperado, desgarrándome, lastimándome cada vez más. Respiro y no me alcanza, y tengo la necesidad de que algo ocupe ese espacio vacío y me haga sentir que aún valgo. La voluntad no me obedece y la oscuridad se apodera de mi pensamiento mi grito se estremeció en el aire transformándose en un áspero lamento. Tan desolado y amargo se me presenta el camino con tantas lágrimas derramadas por la muerte que a ricos y humildes lleva y que algún día pasará por mí. Tal vez es propio del hombre buscar a todo una explicación, que: , que pero solo quien lo padece sabe como se siente el dolor Pero también sé que el tiempo cicatrizará las heridas aunque las marcas queden en el recuerdo hasta el fin de mis días.