Veo a través de tus ojos cerrados: hambre de mi, parte de tu pecado. Abrázame si estás anestesiada y no querés pensar porque pensar te hace mal. Si la desgracia y la suerte sólo esconden el miedo a la muerte ¿Cómo vivir con tanto ruido alrededor si ya no escuchas tu voz? Abrázame, no quiero pensar, para escapar de la realidad, para olvidarte de la gente y ser feliz. Y me entrego a tu pecado para poder seguir volado. Y en tu esplendor ya no hay culpa, ni castigo, ni dios; ya no soy dueño de mí. Abrázame, no quiero pensar Despiértame, no quiero pensar Veo a través de tus ojos dorados: hambre de mi, parte de tu pecado. Abrázame si estas anestesiada no querés pensar porque pensar te hace mal.