Demente por querer vivir contrario a la corriente, por querer hacer las cosas diferente, por decir que escucho, del cielo, una voz. Demente por creer que aún existen los milagros, que no son casualidad ni tan extraños porque me he acostumbrado a verlos en mí. Porque he peleado mis mejores batallas de rodillas en mi habitación, porque he ofrendado tantas cosas valuables sin esperar nada. Porque he decidido poner mi confianza en alguien que no puedes ver. Júzgame, tú. Júzgame, tú. Demente por creer en el perdón a toda cuesta, aun cuando la herida fue violenta y dejar que sea Dios el que deba pagar. Demente por mostrar amor a aquel que me rechaza y creer que todavía hay esperanza, con la fe de que un día su vida cambiará. Porque escogería una muerte violenta a cambio de negar mi fe. El hombre podría matar mi cuerpo, mas nunca el alma. Porque he decidido poner mi confianza en alguien que no puedes ver. Júzgame, tú. Júzgame, tú. Porque he peleado mis mejores batallas de rodillas en mi habitación, porque he ofrendado tantas cosas valuables sin esperar nada. Porque he decidido poner mi confianza en alguien que no puedes ver. Júzgame, tú. Júzgame, tú.