Una casita al pie de la montaña, un arroyo que corra por el campo, un sol que alumbre siempre mi mañana, y una luna, que brille en la noche, mientras canto. Un cariño que entienda mi cariño, una guitarra fiel que me acompañe, una copa de vino y un amigo, que platique de amor y respete el dolor, sin que me engañe. Eso quiero tener para darle mi adiós a la gran ciudad, yo me quise quedar, pero siempre encontré alguien que me hizo mal. Por eso busco al pie de la montaña y al arroyo que corra por el campo, por eso quiero el sol de la mañana que me ayude a vivir, sin que sienta morir dentro del alma. Una casita al pie de la montaña...