El reloj de cuerda suspendido el teléfono desconectado en una mesa dos copas de vino y a la noche se le fue la mano... Una luz rosada imaginamos comenzamos por probar el vino con mirarnos todo lo dijimos y a la noche se le fue la mano... Si supiera contar todo lo que sentí no quedó un lugar que no anduviera en ti. Besos, ternura, qué derroche de amor, cuánta locura. Que no acabe esta noche, ni esta luna de abril para entrar en el cielo no es preciso morir. Besos, ternura, qué derroche de amor, cuánta locura. Parecíamos dos irracionales que se iban a morir mañana derrochamos no importaba nada las reservas de los manantiales. Parecíamos dos irracionales que se iban a morir mañana, si supiera contar todo lo que sentí no quedó un lugar que no anduviera en ti. Besos, ternura, qué derroche de amor, cuánta locura.