Entre las piernas , el cielo de entre los labios, las cuerdas por si lo dudas, la encuentras donde la celo. Y como del lobo, un pelo me deja con un sonido, ni un nombre, ni un apellido solo un revuelo. esa mujer con un cello penetra en el corazón y se destapa un tifón sin paralelo. esa mujer con un cello revela tal erotismo que me derramo en mí mismo y en su pañuelo. Que son mis dedos señuelo, para su pálida falda y cuando mueve la espalda no más la huelo. Como una antorcha en el hielo es esta dama sentada con la madera ajustada picando el suelo. Esa mujer con un cello...