Arrastrando los naipes te vi llegar; el fuego de tus ojos quemaba el tapete, jugabas con tus dedos, crujías las tabas. Eres zurdo eres un tahúr, eres impecable. Tú nunca llevabas armas ni privabas las cartas eran tu escudo protector, tú manera de jugar era impenetrable. Eres zurdo eres un tahúr, eres impecable. Dinero. Pólvora, palabras, perfumes de salón. No salgas... Oh, no salgas!!! Un disparo que da en tu cinturón, en tu hebilla de plata. Qué suerte tienes, tahúr. Qué suerte tienes, tahúr.