Jamás se aleja del todo de su tierra el santiagueño, donde se vaya va emponchado de Santiago del Estero. Es cantor y trashumante caminador sin fronteras, lleva su sol en el cuero y en la voz la chacarera. Por sus acequias sanguíneas boquea el bagre su ausencia cuando no encuentra en el cielo al que robaba estrellas. Chacarera, chacarera buscalo a ese santiagueño, buscalo al que ande más lejos y hacete añapa en sus sueños. En las paredes que encierra sus nostalgias ahí colgadas, como dos lágrimas secas caja que habitan vidalas. Un vila cali materna en sus manos la guitarra le habla del pago querido acariciándole el alma. Hay en la mesa hogareña pan co horno de barro, tamales, locro, empanadas y todo huele a Santiago.