Y tú que te creías el rey de todo el mundo; y tú que nunca fuiste capaz de perdonar Y cruel y despiadado de todo te reías, hoy imploras cariño aunque sea por piedad. ¿A dónde está tu orgullo, a dónde está el coraje? ¿Por qué hoy que estás vencido mendigas caridad? Ya ves que no es lo mismo amar que ser amado, hoy que estás acabado ¡qué lástima me das! ¡Maldito corazón me alegro que ahora sufras! que llores y te humilles ante este gran amor. La vida es la ruleta en que apostamos todos y a ti te había tocado nomás la de ganar. Pero hoy tu buena suerte la espalda te ha volteado, ¡Fallaste corazón! no vuelvas a apostar.