Con su magia nos convierte en energía sideral Su maldición profetiza corazones de metal La noche esta bendita por acordes del infierno Solo flota en el ambiente Heavy Metal, lujuria y sexo ¡Somos los hijos del metal! ¡Somos los hijos del metal! ¡Somos los hijos del metal! ¡Somos los hijos del metal! Como una escapatoria las angustias se liberan Solo viven el presente, no esperan vida eterna Sus vidas las gobiernan crucifijos invertidos Sus destinos están escritos en las hojas del gran libro. Con hechizos estruendosos guían su revolución Dominan al bajo astral, son los reyes del terror Con la hostia sagrada de la oscura libertad Esperan ansiosamente a su majestad: Satán. ¡Somos los hijos del metal! ¡Somos los hijos del metal! ¡Somos los hijos del metal! ¡Somos los hijos del metal!