Soy el color de un nuevo día y este pueblo que me canta Siempre llego con el alba y me despido en la oración. Tengo el gusto de los ríos que recorren el paisaje. Soy el dulce de las uvas y el perfume de la flor. Guardo el secreto de la luna que al llegar La mañana, se despide para darle su lugar, Al verdadero dueño del amanecer y de la luz que reflejó. Soy el calor de la mañana, Soy aquel que te levanta Desde el día en que te vio. Soy el misterio de los Incas, Soy la mano que acaricia Al hombre en cada religión. Soy una enorme ola de fuego, Para el hombre que en el miedo, Descubrió su inspiración. Pero el hombre sincero Abrazando voy la tierra, Soy tu padre, soy el sol. Tengo un puñado de colores cuando la lluvia me baña. Soy el arco de la vida, vivo en la imaginación. Tengo el coraje del lucero que en la noche te acompaña. Soy un mar de sentimientos, en el centro de un fogón. Desde el origen de la tierra te abrace, Cada rayo dibujo el milagro del atardecer. Y en la llegada de la luna, centinela de la noche, siempre estoy.