Cuando voy al trabajo pienso en ti, por las calles del barrio pienso en ti, cuando miro los rostros tras el vidrio empañado sin saber quienes son, donde van. Pienso en ti, mi vida, pienso en ti. En ti, compañera de mis días y del porvenir de las horas amargas y la dicha de poder vivir, laborando el comienzo de una historia sin saber el fin. Cuando el turno termina y la tarde va estirando su sombra por el tijeral y al volver de la obra discutiendo entre amigos razonando cuestiones de este tiempo y destino, pienso en ti mi vida, pienso en ti. En ti, compañera de mis días y del porvenir de las horas amargas y la dicha de poder vivir, laborando el comienzo de una historia sin saber el fin. Cuando llego a la casa estas ahí, y amarramos los sueños... Laborando el comienzo de una historia sin saber el fin.