Allá cerquita del cielo entre los andamios sentado como un tropero le está mateando. Igual como si estuviera en medio del campo debajo de alguna sombra junto a un remanso. Hablando pocas palabras, lo he visto a Vargas, quedarse así de cuclillas mirando lejos cercado entre el hormigón no encuentra su cielo aquí de balde lo está buscando entre tanto gris. En la radio sin querer como un duende el acordeón estirando un chamamé le estremece el corazón. Y hasta le parece angá que si suelta un sapukai los peones le han de oir en la estancia el paraisal. Al verlo así me parece que anda tropeando con su compadre lalanda como hace tanto. Qué pena me da mirarlo entre los andamios con todo ese cielo adentro como sangrando. Detrás del vuelo aterido de una paloma. se achican sus ojos negros mirando lejos. Cercado entre el hormigón el cielo del albañil manchado de arena y cal se termina allí. Algún día volverá le gustaba ser peón. No se halla por acá ya ha de haber una ocasión mientras tanto al escuchar por la radio un chamamé él remonta un sapukai es su modo de volver...