Déjame recorrer con mi sed la humedad de tu boca derramar lo más tibio de mí en tus labios mejor déjame convocar tus ardores , tus fuegos, tu piel déjame tu silencio más grave para mi temor. Déjame recorrer hasta el fin las fronteras del alma despertar las señales dormidas de tu corazón descubrir tus ventanas, tus sueños, tus besos, tu ayer déjame reposar mi ansiedad sin dudar, sin razón. Quédate, quédate, quédate, quédate como nunca llévame, llévame, llévame hasta donde tú vas bésame, bésame, bésame, bésame como lluvia ámame, ámame, ámame, ámame sin final. Déjame desbocar mi lujuria sobre tu delirio déjame desahogar mi ternura sobre tu pasión hacer mío tu cuerpo en penumbras un anochecer revivir los latidos vencidos después del amor.