Carabina 30-30 que los rebeldes portaban y decían los maderistas que con ellas no mataban. Con mi 30-30 me voy a marchar a engrosar las filas de la rebelión si mi sangre piden mi sangre les doy por los explotados de nuestra nación. Gritaba Francisco Villa: -Dónde te hallas Argomedo, ven paráteme aquí enfrente tú que nunca tienes miedo. Ya me voy para Chihuahua ya se va tu negro santo si me para alguna bala ve a llorarme al campo santo. Ya se van los mercenarios van huyendo a Quillabamba las guerrillas los corrieron de una banda y otra banda.