Un clavel sevillano prendió en sus trenzas despertando una fiebre de ansias inmensas. Un clavel encarnado como una flama que incendiara sus ojos de sevillana. En su frente divina de tez morena temblaron sus cabellos de nazarena. Y todos los luceros se iluminaron con la luz que a sus ojos arrebataron. Clavel sevillano tan fresco y tan lindo tu sangre manchara el mar rojo guindo. Clavel que supiste sus ansias de amores clavel que envidiaron toditas las flores.