Yo sabía que era verde verde como el saucedal, que era inmenso como el cielo agua plena en soledad, pero yo no conocía los campos verdes del mar. Aquella tarde de estío el sol jugaba en mi piel y descubrí las arenas primeras antes que el mar. El gusto dulce y salado, Las brisas que el viento trae. Corrí por las playas solo, todo quería tocar, cabalgar sus altas cumbres, la espuma blanca besar; ser caracol y olvidarme del mundo y quise ser mar. Ser verde dentro del verde, ser una ola al romper, ser calma, ser mar en furia, ser alga rojo coral, ser vela en el horizonte ser viento que peina el mar. Cuando tuve que volverme nada de mí se volvió, quedaron todos mis sueños prendados de su color. Y un pedazo de mi vida Siempre a la orilla del mar.