Me envicié al sabor de tu piel para calmar mi sed, en las noches en que me entregué hasta el amanecer. Y fue más y siempre dimos más y sin cansarnos más, hasta empapar de luz tu rostro y volver a estar de nuevo comenzar a desandar. Y fue luz y sombra, y fue sol y estrellas, todo en ti. Y fue tanto que hasta me escapé llevándome tu piel. Regresé, tus senos recobré, tus besos rescaté, y es que de nuevo estoy perdiéndome en la inmediatez, la urgencia del querer, de nuevo enloquecer... Te entregué mis sueños, te entregué mi sexo, me entregué. Penetré en tu anhelo, me renuevo en tu desnudez. Y fue luz y sombra, y fue sol y estrellas, todo en ti, En las noches en que me entregué, hasta el amanecer. Y fue más, y siempre dimos más, y sin cansarnos más, hasta empapar de luz tu rostro, y volver a estar, de nuevo comenzar, de nuevo desandar.