Siempre hundido en la oscuridad, dudas y prometes que no sufrirás. El dolor de no saberlo es una aguja hundida en tu suave piel. Te enloquece el no poder creer en un Dios que crea todo lo que vez. No concibes donde está el final del sendero que te guía una vez más. El sonido de tu propia fe calla y muere por un atardecer. Con cansancio intentas explicar la existencia, conocer si eres o estás. Sin desprecio niegas la razón, es la víctima del monstruo que creó. No ves luz que pueda iluminar, es la muerte la que quita o la que da. Sólo hallas en la solución, asumir el frío de tu corazón. Nunca volverás a olvidar, que en la oscuridad hundido estarás. Letra y música: Dani Pérez.